RUIDO

El Ruido, podríamos definirlo de manera breve y somera como un sonido inarticulado, confuso, irritante, dañino. El cual impediría articular de forma efectiva el pensamiento y la reflexión. Un agente contaminante del entorno y del cerebro. Causante de ansiedad, angustia, aislamiento y depresión. Devolviendo una visión y compresión del mundo deteriorada e incomprensible, cuando no dirigida y manipulada. Marcuse afirmó que "las condiciones de aglomeración y estrepitosidad de las sociedades de masas provocan en el individuo todo tipo de frustraciones, represiones y miedos que se resuelven en auténticas neurosis".

El sistema capitalismo, neoliberal agónico, nos precisaría aturdidos, soñolientos, cansados, como medio de control. Inducidos al aislamiento, al individualismo de consumidores escapistas

Ruido visual, ruido auditivo, ruido comunicacional. Hiperactividad y vértigo. Desplazamiento de las actividades de comunicación y de relación al espacio virtual, en donde las redes sociales construyen relaciones fantasmas y efímeras, jugando e intensificando las emociones y deviniendo las identidades múltiples. Alimentando y empujando todo ello a situarnos en los no - lugares que definiera Marc Augé. Al mismo tiempo que el ruido informativo crea una jungla de individuos polarizados. Este ruido social inducido se une, acrecentando, el ruido mental que grita silencio. Silencio para aceptar el dolor, las

perdidas, el paso del tiempo... “todas las cosas profundas y las emociones de las cosas están precedidas y atendidas por el silencio” Herman Melville